Mientras ChatGPT hace ruido, Anthropic hace plata.

Hay algo fascinante en ver cómo dos empresas que hacen esencialmente lo mismo terminan construyendo negocios radicalmente distintos. OpenAI es la estrella de rock de la IA: todo el mundo habla de ChatGPT, sus demos son espectaculares, y Sam Altman es prácticamente una celebridad tech. Anthropic, en cambio, es el estudiante aplicado que no va a las fiestas pero saca mejores notas. Y acá viene lo interesante: ese aburrimiento puede ser exactamente lo que le dé la ventaja comercial.

Anthropic, la empresa detrás de Claude, fue fundada en 2021 por Dario y Daniela Amodei, dos hermanos que eran ejecutivos senior en OpenAI. Dario era VP de Research y Daniela lideraba gran parte de las operaciones. Se fueron junto con otros investigadores clave porque tenían visiones diferentes sobre seguridad y el camino hacia AGI. Fundaron Anthropic como una "compañía de beneficio público" enfocada en IA segura y confiable. Tres años después, esa decisión de salirse de OpenAI cuando OpenAI era el lugar más hot de tech parece cada vez más inteligente. No porque la tecnología sea radicalmente distinta, sino porque construyeron un negocio estructuralmente diferente desde el día uno.

Los números que importan

OpenAI tiene una proyeccioón de ingresos anuales de $13 mil millones. Anthropic estima unos $9 mil millones para fin de año. En cualquier métrica tradicional, OpenAI le saca ventaja. Pero hay un detalle que cambia todo el análisis: Anthropic genera $7 mil millones con una fracción de los usuarios de OpenAI. El revenue por usuario es dramáticamente superior.

La razón es simple: el 80% de los ingresos de Anthropic viene de clientes corporativos, mientras que OpenAI depende fuertemente del mercado masivo. Esto no es solo una diferencia de segmento, es una diferencia fundamental en el tipo de valor que cada empresa está capturando. OpenAI optimizó para viralidad. Anthropic optimizó para contratos empresariales predecibles.

Y acá está la pregunta clave para cualquier persona pensando en adopción de IA: ¿preferís una herramienta que impresiona en demos o una que genera ROI medible? Porque esa es exactamente la apuesta que estas dos empresas hicieron.

Un estudio de Menlo Ventures muestra algo interesante: Claude tiene 42% de market share en coding, versus 21% de OpenAI. Market share acá significa qué porcentaje de developers que usan IA para programar eligen cada herramienta. En uso corporativo general, Anthropic ya superó a OpenAI: 32% versus 25%. Estos números no aparecen por casualidad.

Las empresas están votando con sus presupuestos, y están eligiendo lo aburrido. ¿Por qué? Porque los casos de uso empresariales tienen características específicas: necesitan confiabilidad, precisión en tareas complejas, y sobre todo, resultados que se puedan medir.

Cuando Microsoft —el socio estrella de OpenAI— anunció que iba a ofrecer Claude dentro de Copilot, la señal fue brutal. Incluso el aliado más cercano de OpenAI reconoce que Anthropic tiene algo que sus clientes empresariales están pidiendo. Y Microsoft tiene acceso a datos de uso reales de miles de empresas. Esa decisión no fue política, fue estratégica.

La trampa del posicionamiento masivo

Acá viene el problema estructural de OpenAI: construyeron una marca consumer en un mercado que cada vez premia más lo enterprise. Las empresas no quieren IA divertida y de frontera. Quieren IA aburrida pero que sirve. Esta distinción no es superficial.

Si sos un banco, una empresa de salud, o cualquier organización donde compliance importa, ¿querés que tu herramienta de IA esté asociada con debates públicos sobre AGI llegando en unos años? AGI —Artificial General Intelligence— es el término para una IA que pueda hacer cualquier tarea intelectual que hace un humano. Es el santo grial, pero también es el término que genera más controversia y más titulares sensacionalistas. ¿O preferís una herramienta que se posiciona como seria, enfocada en safety, y que no genera controversia cada semana?

El éxito de ChatGPT en el mercado masivo puede estar convirtiéndose en una desventaja corporativa. Es más difícil venderle a un CTO una herramienta que sus empleados ya usan para cosas personales. La percepción de "herramienta seria de trabajo" versus "chatbot viral" importa cuando estás negociando contratos de seis o siete cifras.

Si estás liderando adopción de IA en tu organización, esta batalla te muestra algo muy importante: el vendor que elegís dice mucho sobre qué tipo de adopción estás planeando. No es solo una decisión técnica, es una decisión estratégica sobre cómo pensás escalar IA en tu empresa.

OpenAI es excelente si querés democratización rápida, si tu caso de uso principal es productividad general de conocimiento, si necesitás que la curva de adopción sea viral. Anthropic es mejor si estás construyendo casos de uso mission-critical, si necesitás integración profunda con workflows específicos, si tu CFO va a pedir ROI demostrable en cada renovación de contrato.

La pregunta no es cuál es mejor tecnológicamente —ambas son empresas de primer nivel— sino cuál se alinea mejor con tu arquitectura de adopción. ¿Estás en modo exploración o en modo deployment? ¿Tu sponsor es marketing y comunicación o es operaciones y desarrollo? ¿Medís éxito por cantidad de usuarios o por impacto en KPIs específicos?

El modelo de negocio revela la estrategia de producto

Acá hay una lección más profunda: el modelo de negocio de una empresa de IA te dice cómo van a evolucionar sus productos. Probablemente OpenAI va a seguir priorizando features que generan viralidad y expansión de usuarios. Anthropic va a priorizar capacidades que aumenten el valor para clientes enterprise existentes.

Esto tiene implicancias concretas. Si tu caso de uso depende de capacidades específicas para developers —mejor context window, reasoning más confiable en tareas complejas, integraciones más robustas— Anthropic tiene incentivos más alineados para construir eso. Si necesitás la mejor interfaz de usuario consumer, la capacidad multimodal más impresionante, o features que generen buzz, OpenAI va a seguir innovando ahí.

Los $8 mil millones que Amazon metió en Anthropic no son solo una apuesta tecnológica. Son una apuesta a que el futuro de la IA empresarial se parece más a "infraestructura crítica" que a "app viral". AWS tiene millones de clientes empresariales que necesitan IA integrada en sus workflows. Claude encaja en esa visión mejor que ChatGPT.

Lo que viene

En octubre 2025, Anthropic está levantando $3.5 mil millones a una valuación de $61.5 mil millones. OpenAI está valuada mucho más alto pero con un path to profitability menos claro. Para un líder empresarial, esto importa: la empresa que está construyendo un negocio sostenible probablemente va a estar ahí en 5 años. La que depende de hype cycles y rondas cada vez más grandes tiene más risk.

No es una cuestión moral sobre qué estrategia es "correcta". Es una evaluación de riesgo sobre con quién querés construir tu infraestructura crítica de IA. Porque eso es lo que está en juego: estas herramientas están dejando de ser "nice to have" y están convirtiéndose en infraestructura. Y cuando algo se convierte en infraestructura, querés el proveedor aburrido, predecible, que no va a pivotear su estrategia cada 6 meses persiguiendo el próximo momento viral.

Anthropic puede no ser la empresa más cool del espacio de IA. Pero puede estar construyendo el negocio más sólido. Por ahora. Y para un CTO o CFO evaluando vendors, eso es lo que termina importando.

A veces lo sexy no es lo que gana. A veces gana lo que funciona, calladamente, resolviendo problemas reales que mueven el P&L de empresas reales.

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